lunes, 30 de septiembre de 2013

Para pensar, meditar, aprender y no olvidar jamás…

Museo DD.HH.
Para contextualizar un poco… les cuento que coordine con una amiga para ir a un concierto familiar con su hija y mi mama, tenía que comprar las entradas en las boleterías del teatro, pero estas abrían en 2 horas mas. Cerca estaba la biblioteca de Santiago y el museo de la memoria, y solo para hacer la hora decidí ir al museo.

No es que no me guste leer, al contrario, me encanta, pero estamos en una fecha especial; no solo por que en septiembre se celebra las fiestas patrias, sino también porque este año se conmemora los  40 años del Golpe de Estado en Chile, y consideré una buena idea culturizarme con respecto al tema (aparte de toda la parrilla programática que hay en tv, cosa que no veo mucho, ya que en general no veo televisión, y bueno…)La cosa es que entré, y al caminar por el patio del museo me llama la atención una leyenda en la pared, le saque foto y la compartí por Face sin sospechar cuanta verdad contenía dichas palabras.


En general, en mi familia no se sufrió mucho en ese periodo de historia nacional, mis padres no militaban en partidos, no estaban en sindicatos, era gente común sin contactos aparentes con política, y para ser sincera no me hablaron mucho de ese tema, pero se por testimonios de otras personas, reportajes o personajes conocidos que se sufrió mucho, y hubieron muchas violaciones a los derechos humanos. El punto es que todo lo veía tan lejano, tan a distancia, que nunca caí en la cuenta del sufrimiento causado.
Entré al museo, lo primero que te muestran son las organizaciones pro DD.HH., imágenes de lucha y sufrimiento en otros países y los monolitos, monumentos y esculturas en recuerdo de los afectados por esta época de la historia. 
El segundo piso está dedicado al golpe mismo, a la lucha armada, a las detenciones, a los fusilamientos, a los secuestros, a la toma del poder completo del país, a los toques de queda, a testimonios, archivos de prensa escrita, radial y televisión, a las torturas, centros de detención, artesanías de confinamiento, cartas y dibujos. El tercer piso
es una continuación del periodo, muestra la lucha de la gente que no estaba presa o 
detenida por saber donde estaban sus seres queridos  por mantener el contacto con los presos, de los exiliados, de las ollas comunes, cacerolazos, de las juntas de solidaridad y las protestas en contra del régimen, de la lucha política por retomar la democracia y las dificultades que esta presentaba, pero la parte mas emotiva es un cuarto
 de vidrio con vista a las fotos de todos aquellos que murieron o que aun están desaparecidos (hombres, mujeres, jóvenes, niños y recién nacidos incluidos). El resto del recorrido es una muestra de la lucha política y artística continua por derrocar al régimen con el plebiscito del ´88 y de la recuperación de la democracia.


Salí del edificio acongojada y apenada por la historia de mi país, nunca había empatizado tanto con el sufrimiento de otros en épocas que yo aun no nacía, o que tenía menos de 4 años. Lo gracioso de todo esto es que esa gente que estaba a favor del régimen hoy gobierna, y buscan la continuidad del gobierno con una candidatas que es mas radical en su postura que el actual presidente. Hay mucho programa rememorando lo acontecido, mucha discusión política con respecto al perdón y a la reconciliación…pero… ¿donde está la memoria colectiva objetiva?¿donde están aquellos que sufrieron o hicieron sufrir? ¿Qué ha sido de sus vidas? Algunos son alcaldes, otros diputados, concejales, senadores, ministros, intendentes o dirigentes sindicales. ¿Cuál es el verdadero mea culpa? Yo creo que hacerse los tontos y no aprender, entrecerrar los ojos y manipular a las masas, dejarse llevar por el juego masivo y cometer los mismos errores: no escuchar lo que el pueblo necesita y hacernos creer que si lo hacen.

Chicos, quiero que me entiendan: yo no soy de política, me carga que los que ya fueron presidentes de re postulen, no abogo por ningún partido político y me carga el “una cosa por otra” para la conveniencia de unos pocos. Pero díganme que no da rabia ver que tu país se estanca por un lado y crezca en otro solo para que algunos pocos ganen y la mayoría vote para que esto se perpetué.

Vuelvo a repetir: Para pensar, meditar, aprender  y no olvidar jamás…

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