Realmente es cuático cuando te dicen “tengo tumores”, en especial cuando es alguien tan cercano y amado como tu madre. Aún recuerdo la primera vez que me dijo, me entro un miedo atroz a perderla, entraron en dilema mis frustraciones, miedos y rencores con ella, papeles no cumplidos, palabras dichas y no dichas, pero también durante el proceso vi su dolor, sus miedos, sus frustraciones (conmigo y con el mundo) y entre en un proceso de entender que todos tenemos algo que resolver antes de dar ciertas peleas.
Gracias a personas
que llegaron a mí en el momento preciso pude sobrellevar ese proceso y entender
que hay guerras que uno debe pelear, y otras que no te pertenecen por mucho que
tú quieras participar, que nadie está aquí de forma permanente y asegurada, que
la muerte está en todas partes y en todo momento, es difícil entenderlo, pero
llega a ser muy liberador, porque te sacas ciertas etiquetas que te impone el
mundo o la sociedad, ideas preconcebidas.
La segunda patita ya fue distinta, ya no tenía miedo, ya habíamos
superado el cáncer una vez, se puede hacer de nuevo… pero ¿Qué quedo pendiente?
¿Que nos faltó aprender? ¿Cuál es el gran tema que enferma a mi madre de esa
manera? Y es ahí cuando veo a mi madre con los mismos rencores, los mismos
miedos de años y entiendo que la enfermedad nunca se fue de verdad, porque las emociones
traicionaron a mi madre, así como ella se traiciona a si misma cuando no es capaz
de superar una pena o una rabia, vivir con prejuicios sobre otros y sobre si
misma (“es que ya no estoy en edad”, “es que yo no entiendo”, “es que me
complica”, “¿y si pasa algo?”, etc.).
Soy una creyente ferviente en que las enfermedades son psicosomáticas,
yo me enfermo por las emociones, y estoy en mi propia pelea emocional, la ansiedad
es muuuy mala consejera, siembra el miedo en el corazón y me destroza las
tripas, y veo como años de sufrimiento se concentras en 2 tumores alojados en
mi mamá, empujándola a tomar decisiones que ella nunca quiso tomar o nunca se atrevió
(ya sea por mí, por ella misma o en resumen por miedo).
Pero esto, como lo vengo explicando, no es solo que una
persona peleando por vivir, es la familia entera la que tiene que trabajar en
esto de forma conjunta y particular, conjunta: apoyando al enfermo; y
particular: peleando con estos mismos dilemas heredados en uno mismo o frustraciones
creadas con el enfermo. El tratamiento no es solo quimio, operación y radioterapia,
también hay que trabajar el cerebro y las emociones, o seguiremos peleando con
este Goliat moderno una y otra vez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario